El autoconocimiento es el arma más poderosa que pueda tener una persona, es la base para tener una autoestima sana. Trabajar en tu autoconocimiento es la clave para sentirte en paz con tu propia realidad, para seguir creciendo y para crear buenas relaciones a tu alrededor y con la persona más importante, contigo misma.
¿Qué es la autoestima?
La autoestima es la valoración que tienes de ti misma. Es el conjunto de percepciones, pensamientos, creencias y sentimientos que tienes hacia ti, la valoración que realizas basándote en tus experiencias y que determina cómo tratas y te relacionas contigo misma y con los demás.
La autoestima es la base sobre la que se sostienen las diferentes áreas de tu vida, no solo la relación contigo misma, sino en la gestión con todo lo que te rodea. Conlleva saber poner límites para encontrar un equilibrio y respetarte, y apoyarte en tus valores y fortalezas para buscar lo mejor para ti.
El autoconocimiento es la base del autoestima
El autoconocimiento es saber mirarte y escucharte, tener claro cuales son tus puntos fuertes y débiles para así poder tomar las decisiones y acciones que son mejores para ti.
Como la base de la autoestima es interna, es mirando hacia tu interior la única manera que tienes de conocerla y potenciarla. Nadie te va a conocer como tú te conoces a ti misma y, sin este autoconocimiento, nunca lograrás tener una buena autoestima.
Cuando te conoces y te quieres tal como eres, es cuando puedes aprovechar al máximo tu potencial. De este modo, al tener conciencia también de tus limitaciones, alcanzarás la seguridad suficiente para enfrentarte al mundo que te rodea, y te desenvolverás con naturalidad y confianza en cualquier ambiente en el que te encuentres.
10 características de una persona con autoestima sana
Estas son algunas características que te pueden indicar si tienes o no una autoestima sana y equilibrada.
- Confías en ti misma y tomas decisiones con más facilidad aunque tengas dudas sobre el resultado.
- Te aceptas tal y como eres, con tus virtudes y tus defectos.
- Sabes decir NO a los demás sin sentirte culpable por ello.
- Te enfrentas a tus problemas de manera saludable e intentas buscar soluciones a ellos.
- Te atreves a asumir riesgos y a responsabilizarte de las consecuencias que puedan derivar de los mismos.
- Piensas y actúas de manera independiente y no te dejas manipular por lo que quieren los demás.
- Conoces dónde están tus límites y no te exiges de más.
- Conoces tus capacidades y fortalezas.
- Sabes expresar lo que no te gusta sin atacar y también aceptas tus errores y equivocaciones.
- Tienes una actitud positiva y disfrutas de lo que ya tienes.
Beneficios que obtienes cuando trabajas en tu autoestima
Cuando comienzas a conocerte y a trabajar en tu autoestima te darás cuenta de que no tienes nada tienes que perder y sí muchos beneficios que ganar, como por ejemplo:
- Una mayor estabilidad emocional. Al conocerte mejor y sentirte más segura de ti misma no necesitarás la aprobación de los demás ni te preocuparás de lo que la gente pueda pensar de ti.
- Alcanzarás mayores logros. Al tener una mejor autoestima tendrás metas más altas y exigentes porque sabes que tienes la capacidad suficiente para conseguirlas.
- Te sentirás más atractiva. Al tener una actitud más segura y verte con más confianza lo reflejarás al exterior y harás que los demás lo vean en ti. Con una sana autoestima los que te rodean querrán compartir más contigo.
- Serás más feliz. La autoestima es una de las bases de la felicidad, si no te sientes bien contigo misma, nunca serás completamente feliz.
- Tendrás mejores relaciones. Al sentirte mejor contigo tendrás aportarás más cosas positivas al resto. Además, las buenas energías se contagian y a las personas les gusta rodearse de personas con actitud positiva.
¿Qué necesitas para desarrollar tu autoestima?
Hay una serie de factores indispensables a la hora de desarrollar una sana autoestima, el primero de ellos, la base de todo, es el autoconocimiento. Conocerse a una misma, en pura esencia, tal y como eres, con tus virtudes y defectos, es la clave para conseguir el siguiente objetivo.
Y este no es otro que la aceptación. Una persona que se conoce a sí misma debe aprender a aceptarse tal y como es, a valorarse y quererse incondicionalmente, en todos los contextos. No importa si tienes partes de ti que no te gustan, que seguro que sí porque todas las tenemos, aceptarlas es el paso que te llevará al éxito.
Una vez que te conoces y aceptas, puedes trabajar en tí misma para sacarte el máximo potencial. Al conocer tus habilidades y tus puntos fuertes, te puedes centrar en ellos para desarrollarlos y potenciarlos. Del mismo modo, podrás trabajar en mejorar o minimizar lo que consideras defectos y debilidades.
¿Cómo es el viaje hacia una autoestima sana?
El camino hacia una autoestima sana a través del autodescubrimiento dependerá en gran medida de lo preparada que te encuentres. Es un viaje que para muchos puede resultar largo e incómodo, pero que sin duda, merece mucho la pena.
El proceso implica que seas honesta contigo misma y con lo que deseas. Es importante que lo aceptes y reconozcas para que puedas alcanzar el cambio, un cambio que únicamente depende de ti. Una vez sepas lo que implica este camino, asume la responsabilidad de ser la protagonista de tu vida, asume las riendas y ponte al mando.
Habrá momentos en los que puede que se presenten el miedo y la indecisión. Son emociones válidas que pueden surgir como resultado de tu mente tratando de protegerte. Utilízalas como un trampolín, que tu mente no te engañe para no cambiar, ni tampoco lo utilices para justificarte si no quieres cambiar o no quieres aceptarte tal como eres.
Consejos para desarrollar una autoestima sana
La autoestima es algo que puedes reconducir y moldear. Estas son algunas claves que puedes tener en cuenta para modelarla:
- No te centres en las críticas personales, la mayoría de las veces la gente cuando hace críticas hacia ti, no tienen nada que ver contigo, sino con ellos mismos. No te lo tomes como algo personal.
- No te compares con otros ni tampoco esperes su aprobación. Tendemos a idealizar a los demás y muchas veces dejamos que influyan en nuestras decisiones. No olvides que eres un ser único, presta atención a lo que en realidad quieres.
- Cierra el pasado y aprende a vivir en el presente. Trabaja tus emociones negativas acerca del pasado para ayudarte a sanarlo y centra tu atención en el aquí y ahora para disfrutar de forma plena cada momento.
- Utiliza el sentido del humor. Numerosos estudios indican que utilizar el sentido del humor para enfocar tus problemas diarios te ayuda a fortalecerte y mejora tu autoestima.
- Rebaja tu autoexigencia y celebra tus pequeños éxitos. Si te exiges excesivamente nunca vas a estar conforme con lo que consigas, lo que afectará a tu autoestima. Celebrar tus pequeños logros, en cambio, te motivará y te producirá una mayor felicidad.