Como decía William Shakespeare, “De todos los conocimientos posibles, el más sabio y útil es conocerse a sí mismo”. El autoconocimiento es un proceso necesario para entender qué es lo que quieres y necesitas, cómo cambiar lo que no te gusta y cómo encontrar un equilibrio que te lleve hacia una vida más satisfactoria, la vida que realmente quieres y mereces vivir.
¿Te conoces bien a ti misma? Estos ejemplos te ayudarán a salir de dudas
Estos ejemplos de autoconocimiento personal y emocional, te ayudarán a descubrir si estás teniendo éxito en tu proceso del conocimiento de ti misma. No te preocupes si no te ves reflejado en alguno, el autoconocimiento es un trabajo que conlleva tiempo. Ánimo.
1. Te responsabilizas de tu vida
El autoconocimiento va de la mano de la auto responsabilidad. La sola razón de querer conocerte a ti ya tu propia historia te empuja a la responsabilidad y a las ganas de cambio.
Con el cambio de actitud, dejas de culpar a los demás de las cosas que te ocurren, asumes tus errores y debilidades, y vas en busca de soluciones proactivas, soltando las quejas. Dejando de ser una víctima para ser parte de la solución.
Te das cuenta de que lo que sucede fuera, es un reflejo de lo que sucede dentro de ti, como cuando te miras a un espejo, o cuando el eco de una montaña devuelve tu voz.
2. Sabes lo que quieres y vas a por ello
Cuando sabes quién eres, lo que amas hacer, cuáles son tus sueños y tus metas. Cuando averiguas cuales son tus habilidades y que es lo que necesitas mejorar para trabajar en ello, te será más fácil saber hacia dónde vas y cómo trazar un plan para conseguir lo que quieres lograr.
Puedes ser la mejor versión de ti misma, siguiendo lo que realmente te hace feliz. Puedes emprender un negocio en el que esté tu corazón, puedes optar por formar una familia, tener una pareja en la que ambos evolucionéis, puedes capacitarte en lo que de verdad amas y ascender en tu empleo. Las posibilidades son infinitas, tantas como puedas imaginar.
3. Conoces tus fortalezas y tus recursos
Si te conoces en profundidad, saldrás de tu paradigma y de las etiquetas que en algún momento te han puesto los demás (la sociedad, los amigos, la familia, la escuela) y las que en algún momento te has puesto tú misma.
Quizá, las tengas tan arraigadas que pienses que eres una persona tímida e insegura, pero cuando comienzas a observarte y a conocerte, descubres que no es del todo cierto y que puedes ser de una manera diferente.
Abrirte a explorar otras facetas en tu forma de ser en distintas situaciones, con diversas personas y en diferentes momentos de tu vida, te llevará a comprender que eres más de lo que creías ser, y que tienes más recursos de los que pensabas para utilizarlos cuando los necesites.
4. Conoces tus puntos débiles, dónde debes mejorar
Todos tenemos puntos débiles por mucho que a algunas personas les cueste reconocerlo. Mirar esas partes no tan bonitas o en las que no somos buenos no es agrado de nadie, a veces da miedo y te paraliza.
Al trabajar en el autoconocimiento, conoces y aceptas esas debilidades, te motivas para intentar mejorarlas y te inspiras para desarrollar nuevas habilidades y capacidades para sentirte mejor.
5. Tienes una mejor relación con los demás
Cuando te conoces tienes relaciones más sanas, ya que al aceptarte, la percepción que tienes de los demás es distinta. Del mismo modo, al saber lo que quieres y lo que no, y al saber regularte emocionalmente, sabes poner límites, no te da miedo decir lo que piensas, y las discusiones que tienes son más nutritivas.
La comprensión, la empatía y las conexiones reales serán la base de tus relaciones. Las comunicaciones se vuelven más honestas y los vínculos se afianzan.
6. Aceptas tus sentimientos y sabes gestionar tus emociones
Si te conoces sabes reconocer y gestionar tus emociones, por lo tanto, a la hora de enfrentar una situación difícil o momentos desagradables, estarás preparada para saber cómo responder sin que te afecte de manera desproporcionada.
Una mala gestión emocional puede llevarte a momentos de sufrimiento y a tomar decisiones equivocadas, por eso es tan importante aceptarlas, expresarlas y aprender a gestionarlas.
7. Eres más tolerante, empática y compasiva
Conocerte y comprenderte mejor a ti misma, saber de tus estados internos, de tus penas y tus glorias, hace que empatices y conectes más fácilmente con los demás. Ser autocompasiva contigo misma porque sabes de tus limitaciones y de tus baches, te hará compasiva y comprensiva con los demás.
El autoconocimiento te hace una persona más generosa, empática y compasiva. El autoconocimiento te convierte en una mejor persona.
8. Tomas decisiones más acertadas
No significa que al autoconocerte te prevenga de equivocarte, sino que al conocerte mejor eres más capaz de tomar decisiones importantes. Decisiones guiadas por tus procesos internos, tu sentido común y tus emociones de una manera integrada, ya que tu intuición estará más despierta y te aportará más certeza y coherencia.
Al autoconocerte apartas la preocupación por el qué dirán de los demás y decides en base a tu voz interior con firmeza y decisión.
9. Tienes una autoestima más saludable
Por mucho que la gente se empeñe en ponerle grado a la autoestima, que si mucha o poca, alta o baja, yo prefiero hablar de autoestima sana. Y lo creas o no, la autoestima está relacionada íntimamente con conocerse bien.
Saber de tus potenciales y limitaciones, de tus destrezas y talentos, es lo que te empuja a enfrentar la vida con mayor seguridad en ti misma. Porque no consiste en ser perfecta, hacerlo todo bien y obtener los mejores resultados, sino en ser una persona completa.
Sencillamente sabes que puedes vivir de la mejor manera desplegando aquello que eres, que tienes y que sabes hacer. Una buena autoestima tiene que ver con el compromiso de mejora constante y de autorrealización. Solo puedes amar de verdad aquello que conoces.